Friday, August 29, 2008

Viktor E. Frankl, un psicólogo en un Campo de concentración.

por el Prof. David Amado

Las aclaraciones en itálica son mías


Viktor E. Frankl, un psicólogo en un Campo de concentración.

Víktor Frankl, además de por sus importantes contribuciones en el campo de la psiquiatría, es mundialmente conocido por un pequeño libro en el que narra su experiencia en los campos de concentración nazis. Varios supervivientes del genocidio han narrado su experiencia en los campos de concentración y exterminio. No todos lo han hecho con la misma intención. Algunos, como Primo Lévi, en Si esto es un hombre, han actuado movidos por el deseo de que aquella tragedia no fuera olvidada, y más, porque nadie podía devolver lo que se había perdido ni compensar tantos sufrimientos. En la misma línea se encuentran los escritos de Jean Améry. (Hans Maier), y de otros. La escritura tenía para ellos algo de catártico, mezcla de denuncia y de deseo de que una Europa afecta a la amnesia no olvidará la gran tragedia. En otro sentido, y a pesar del género elegido por Imre Kerstez, su Sin destino es una magnífica novela en la que se une la lúcida reflexión no lejana al nihilismo con la experiencia de vida en los lager. Sin duda es una de las grandes obras del siglo XX. Eugen Kogon, por su parte, en El estado de las SS, que parte de un informe para el mando aliado que también recoge su experiencia, intentó una descripción objetiva de la maquinaria de aniquilación. Aún pasados por el tamiz de la subjetividad todas esas obras muestran la realidad de un régimen que Joseph Roth no dudó en calificar como “la filial del infierno en la tierra”. Y eso que ese autor, fallecido en 1939, sólo llegó a conocer los primeros campos de refugiados.

El testimonio de Viktor E. Frankl tiene, sin embargo, un carácter singular. A diferencia de las obras citadas anteriormente, y de otras que se podrían traer aquí, Frankl combina el relato de los hechos con el análisis psicológico. Originalmente se publicó con el título Ein Psychologe erlebt das Konzentrationslager. Pero a partir de la edición americana (Man’s Search for Meaning) se divulgó en España con el título El hombre en busca de sentido. La misma división de la obra indica el interés científico del autor. Las tres secciones se caracterizan como fases: Internamiento en el campo; La vida en el campo; Después de la liberación. El autor relata tanto lo que vio como su percepción clínica. Viktor Frankl ingresó en el campo con 37 años y, para entonces, ya había publicado algunos trabajos sobre el análisis existencial. Como él mismo indica no se ocupa tanto de la descripción prolija de los horrores, que puede encontrarse en otros libros, sino que está escrito respondiendo a una pregunta: “¿Cómo incidía la vida diaria de un campo de concentración en la mente del prisionero medio?”.

Pero el libro no se reduce a esa pregunta, sino que a partir de la experiencia en el lager, el autor reflexiona tanto sobre los prisioneros como sobre sus verdugos. Y no hace falta un gran esfuerzo para descubrir, más allá del contexto de la obra, una reflexión sobre el hombre.

Las características de este artículo no permiten un estudio pormenorizado de la obra, así que me parece que lo mejor es citar tres fragmentos en los que se percibe bien el pensamiento del autor.
Al inicio de la obra señala Frankl:

“Los que hemos vuelto de allí gracias a multitud de casualidades fortuitas o milagros –como cada cual prefiera llamarlos- lo sabemos bien: los mejores de entre nosotros no regresaron”. (Acá demuestra su honestidad)

Hacia la mitad de la narración, después de describir el estado de los prisioneros, desde el inicial estado de shock hasta lo que denomina existencia desnuda, cuando ya habían sido desprovisto de todo, incluso del vello del cuerpo y no tenían ningún nexo material con la existencia anterior, señala refiriéndose a la libertad interior:

“Los que estuvimos en campos de concentración recordamos a los hombres que iban de barracón en barracón consolando a los demás, dándoles el último trozo de pan que les quedaba. Puede que fueran pocos en número, pero ofrecían pruebas suficientes de que al hombre se le puede arrebatar todo salvo una cosa: la última de las libertades humanas -la elección de la actitud personal ante un conjunto de circunstancias- para decidir su propio camino”. (acá está la proactividad de Frankl, a la cual le agregaría que en todo caso entra en problemas con su definición, ya que como puse en mi artículo anterior, parafraseandoló al psicólogo, un compañero en esa situación también es parte de su circunstancia) ( agregaría que el camino a decidir puede ser cualquiera, y no solo el de "ir de barracón, en barracón, etc" como el profesor Amado lo aclara al final, lo cual serían reacciones)


El tercer texto son las palabras finales del segundo capítulo, que sintetizan la realidad del corazón humano y el sentido profundo de la libertad. Escribe nuestro autor:

“Nosotros hemos tenido la oportunidad de conocer al hombre quizás mejor que ninguna otra generación. ¿Qué es, en realidad, el hombre? Es el ser que siempre decide lo que es. Es el ser que ha inventado las cámaras de gas, pero asimismo es el ser que ha entrado en ellas con paso firme musitando una oración”. (lo que me pregunto es si se puede decidir no tener Fé)(se lo puede negar a Dios, que en todo caso no es desconocerlo)

Los datos que conocemos de los que pasaron por la experiencia de los campos nos revelan reacciones distintas. Los hay que entraron ateos y salieron igual, y quienes llegaron a dar la vida, como el Padre Kolbe, para salvar a otros. Algunos traspasaron las barreras de la moral y perdieron de vista la distinción entre el bien y el mal mientras que otros, depuesta toda esperanza, se lanzaron contra las alambradas. El interior de cada hombre permanece como un misterio impenetrable en el que no podemos entrar. Pero quienes han elegido ser “dignos de su sufrimiento” nos muestran como el hombre es capaz de elevarse por encima de su aparente destino. Estas palabras son del profesor Amado. Yo me pregunto hasta dónde se puede ser digno del sufrimiento y tomar una actitud proactiva, en la definición de Frankl

En su breve relato Frankl toca uno de los temas más difíciles e insoportables para el hombre de hoy. Algo que casi se considera un tabú: el sentido del sufrimiento. Quizás por ello, más allá del atractivo que pueda suscitar el tema de los campos de concentración, esta obra no deja de ser reeditada en diferentes idiomas y leída por muchas personas que extraen de ella preciosas enseñanzas.

David Amado
Professor de la Universitat Abat Oliba CEU

Saturday, August 16, 2008

Frankl y Covey "en la picota"

con la ayuda de yoriento ( http://yoriento.blogspot.com/)


La frase de los alcoholicos anónimos:

"Señor, ayúdanos a aceptar las cosas que no podemos cambiar, a cambiar aquellas que podemos cambiar, y a darnos sabiduría para diferenciar entre unas y otras".

Alguien, entonces se preguntaría:

¿Cómo decidir a qué objetivos y problemas merece la pena dedicar más esfuerzo, y cuáles hay que dar por perdidos (o aplazados) y asumir que la vida no es perfecta?

Directamente me fui a ver la definición de proactividad, palabra acuñada por Victor Frankl

Proactividad es una actitud en la que el sujeto asume el pleno control de su conducta vital de modo activo, lo que implica la toma de iniciativa en el desarrollo de acciones creativas y audaces para generar mejoras, haciendo prevalecer la libertad de elección sobre las circunstancias de la vida.

Opino:

Tomando esta definición, me pregunto si aceptando lo de los ritmos (en cualquier ámbito), lo cual para mi es cierto(existen): ¿hasta qué punto podemos ser proactivos en la definición de Frankl?Teniendo en cuenta que en los ritmos se pueden incluir: aceleración, desaceleración, descanso, rutina, tedio, cansancio. MMMMM me da la impresión que al final de cuentas la proactividad de Frankl posiblemente tenga influencia estoica.Además llendo a Frankl mismo y a Covey , que al final de cuentas es otro autoayudador: ¿Hasta dónde se puede planificar la interioridad?

El concepto opuesto es el de reactividad (de Frankl), o tomar una actitud pasiva y ser sujeto de las circunstancias y por ende, de los problemas. La definición extendida por Covey dice que la conducta individual es función de las decisiones propias y no de las condiciones.

Opino:

A mi modo de ver también es objetable. Ya sean circunstancias internas o externas del hombre, tomar una actitud pasiva (y no activa), no es la única salida humana. Justamente la aceptación y la adaptación son otras salidas que podrían calificarse de pasivas, y no reactivas ni activas. El simple aceptar, adaptarse a una situación no es dejarse arrastrar por los problemas.
"si no podés salir del río o nadar contra la corriente, entonces buscá nadar con el río de la mejor manera posible"



agrego del blog "recuerdos del día del mañana" un post sobre bulimia y anorexia ana y mía, terroristas de la salud

¿Es la historia de Frankl una hazaña que a la par, un monumento a la mente humana y un acto de homenaje a Dios?

Yo no le quitaría el mérito de haber safado de las muertes en los guetos. No conozco exactamente las estadísticas, me imagino que habrá safado el 10% de las víctimas por decir una cifra. La hazaña de Frankl; es hazaña
Lo que le cuestiono a Frankl es su teoría; específicamente cuando habla de proactividad y reactividad.
Ser libre de todas las circunstancias, como propone él, (y un imposible, para mí) desde la proactividad, significa toda una manera de mirar el mundo y el propio yo desde una filosofía muy particular. Ser libre de todas las circunstancias significa también, no mirar al que tengo al lado, no auxiliarlo, etc. El prójimo es un condicionante. Frankl safó por tener una mente muy fría. Algo así como sobrevivir a cualquier precio. Prefiero en mi lugar a quienes murieron en los campos de concentración queriendo "salvar" a los que estaban pasando por lo mismo (y homenajeando a Dios)
No en vano Frankl se transformó en una especie de icono de los nuevos líderes de empresa (que es lo que toma Stephen Covey), en donde (tratando de no ser prejuicioso y generalizar) lo que sobreabunda es el individualismo a cualquier precio. Frankl le viene al dedillo al sistema. Y ojo que no estoy hablando de capitalismo, del cual se vierten muchas corrientes.
Otro dato, es que existen muchísimos rabinos que tienen una mirada muchísimo más universal que lo que un no judío cree, de tal manera que no se puede hacer de Frankl, una mirada general del judío.
Inteligentemente se ha tomado un caso ejemplar, por la vida y supervivencia de éste psicólogo, desde una historia bastante fuerte y que compromete a todo Occidente, pero direccionada su historia y teoría a un fín en especial.

Friday, August 08, 2008

pra mulher lua da Portugal



la vida es un carnaval


TODO AQUEL QUE PIENSE
QUE LA VIDA ES DESIGUAL
TIENE QUE SABER QUE NO ES ASI'
QUE LA VIDA ES UNA HERMOSURA
HAY QUE VIVIRLA

TODO AQUEL QUE PIENSE
QUE ESTA' SOLO Y QUE ESTA' MAL
TIENE QUE SABER QUE NO ES ASI'
QUE EN LA VIDA NO HAY NADIE SOLO
Y SIEMPRE HAY ALGUIEN

AY, NO HAY QUE LLORAR,
QUE LA VIDA ES UN CARNAVAL
Y ES MAS BELLO VIVIR CANTANDO
OH OH OH AY, NO HAY QUE LLORAR
QUE LA VIDA ES UN CARNAVAL
Y LAS PENAS SE VAN CANTANDO

AY, NO HAY QUE LLORAR,
QUE LA VIDA ES UN CARNAVAL
Y ES MAS BELLO VIVIR CANTANDO
OH OH OH AY, NO HAY QUE LLORAR
QUE LA VIDA ES UN CARNAVAL
Y LAS PENAS SE VAN CANTANDO

TODO AQUEL QUE PIENSE
QUE LA VIDA SIEMPRE ES CRUEL
TIENE QUE SABER QUE NO ES ASI'
QUE TAN SOLO HAY MOMENTOS MALOS
Y TODO PASA

TODO AQUEL QUE PIENSE
QUE ESTO NUNCA VA A CAMBIAR
TIENE QUE SABER QUE NO ES ASI'
QUE AL MAL TIEMPO, BUENA CARA
Y TODO CAMBIA

AY, NO HAY QUE LLORAR,
QUE LA VIDA ES UN CARNAVAL
Y ES MAS BELLO VIVIR CANTANDO
OH OH OH AY, NO HAY QUE LLORAR
QUE LA VIDA ES UN CARNAVAL
Y LAS PENAS SE VAN CANTANDO

AY, NO HAY QUE LLORAR,
QUE LA VIDA ES UN CARNAVAL
Y ES MAS BELLO VIVIR CANTANDO
OH OH OH AY, NO HAY QUE LLORAR
QUE LA VIDA ES UN CARNAVAL
Y LAS PENAS SE VAN CANTANDO

PARA AQUELLOS QUE SE QUEJAN TANTO
PARA AQUELLOS QUE SOLO CRITICAN
PARA AQUELLOS QUE USAN LAS ARMAS
PARA AQUELLOS QUE NOS CONTAMINEN
PARA AQUELLOS QUE HACEN LA GUERRA
PARA AQUELLOS QUE VIVEN PECANDO
PARA AQUELLOS QUE NOS MALTRATAN
PARA AQUELLOS QUE NOS CONTAGIAN



Thursday, August 07, 2008

oscurece, tormenta, la mañana



...¿qué vamos a hacer con tanto cielo?...

...no es el cielo,

pero podríamos estar bien...

Siempre me desvela la imperfección, mi imperfección; pero al final de cuentas, es parte de la condición humana. (mal de muchos, consuela)
Posiblemente, seamos perfectibles, pero no creo que sea una tarea del propio ego. Lo más probable es que requiera la participación de toda la humanidad.

Nadie es imprescindible, pero todos a la vez nos necesitamos. Armar el rompecabezas es tan difícil… y tal vez otros no lo vean tan así

Friday, August 01, 2008

Civilización y Cultura - Oswald Spengler (1.880-1.936)


Distingue cultura de civilización: la cultura es autenticidad y espontaneidad del alma; la civilización, en cambio, se constituye cuando la inteligencia reemplaza al alma; la técnica a la autenticidad.


Por eso, cuando una cultura entra en su última fase por la creación de su civilización comienza su decadencia. Así sucede con Occidente, que finaliza su proceso y no tiene otro devenir posible que el progreso material (téngase en cuenta que esta obra la concluye en 1.918), “incapaz de recrear dioses o de resucitar los suyos propios, abandona su futuro en manos de los ingenieros.
La vejez de una cultura se caracteriza por un rápido desarrollo de la organización, y por el predominio de las masas. Spengler, más que un sociólogo o historiador, es un visionario romántico y pesimista.
(tomado del Rincón del Vago.com)


Apunto:


Me pareció interesante, la distinción entre cultura y civilización que se hace aquí, y que más que un pesimismo, lo que nos dá este pensador es la posibilidad de reencontrarnos con nosotros mismos, en tanto sociedad que somos o pretendemos ser; y no dejarla al arbitrio de los Ingenieros. La inteligencia, la razón; son armas poderosas que pueden hacer sucumbir tanto al individuo como a la sociedad y solo el alma es capaz de sacarnos de la decadencia. Algo así como que inteligencia (sin alma) lleva finalmente a lo más bajo del hombre, sea de la cultura que sea. El lugar del ingeniero, en última instancia, debería ser la de inscribirse y reencontrarse con su cultura. Es su única posibilidad de progreso, que además es inclusiva.

El problema de Occidente como cultura, no es un problema de nivel ideológico. No se establecería como una dicotomía entre por ejemplo Smith-Marx u otro, aunque éstos pretendieran tomar la cultura como objeto de estudio. No estamos tratando de cuestiones de orden económicas.
Se trata de una cuestión puramente espiritual.